Este pueblo, también conocido como selk´nam o shelknam, habitaba la isla Grande de Tierra del Fuego o como ellos la llamaban “Karukinka”. La denominación “ona” proviene de la lengua yagán, y con el tiempo se impuso sobre la de selk’nam, que era la palabra con la que los nombraban los tehuelches. Eran nómades dedicados a la caza, la pesca y la recolección.
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Hombres selknams cazando. A la izquierda de la imagen se observan perros fueguinos, que eran usados para ayudar en la cacería. |
Origen
Eran parientes cercanos de los tehuelches que habitaban en la Patagonia al norte del estrecho de Magallanes, con ellos tenían una notable semejanza física, de lenguaje y de costumbres. Eran altos con una talla media de 1, 8 m, musculosos, corpulentos, anchos de hombros y de tez bronceada.
Historia
Los primeros selk’nam provinieron de los grupos nómadas continentales de la Patagonia meridional. Los cuales habrían cruzado el territorio fueguino antes que se constituyera en isla hace aproximadamente unos 10 mil años. Posteriormente, y gracias a los permanentes cambios termo ambientales, se desencadenó la separación definitiva entre el istmo fueguino y el continente al término de la última glaciación.
Compartían la isla con un pueblo emparentado, los haush, que compartían con ellos muchos rasgos culturales y físicos y también con dos pueblos canoeros (nómadas marinos): los alacalufes y los yaganes.
Los selknam habitaban principalmente el norte y centro de la isla y habían terminado por confinar a los haush en el sureste (Península Mitre).
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Mapa que muestra la ubicación de los selknams en la Patagonia Austral |
Los primeros europeos que los vieron fueron los de la expedición de Magallanes, explorador que descubrió el estrecho que lleva su nombre, en 1520. Pero no hicieron contacto con ellos sino que los avistaron desde la embarcación por las grandes fogatas que relucían en la noche, de ahí el nombre de la isla.
Posteriormente, los contactos continuaron en forma esporádica hasta las últimas décadas del siglo XIX con la llegada de misioneros salesianos y de hombres blancos a colonizar y explotar la isla. Los territorios que antes eran el libre hogar de estos cazadores nómadas, fueron cercados. Muchos de ellos rompieron las cercas y cazaron y comieron la carne de las ovejas, a la que llamaron "guanaco chico" o "guanaco blanco". Estos hechos condujeron a la consumación de un genocidio que acabó casi completamente con ellos. Este contacto permanente tuvo devastadoras consecuencias para esta etnia, pues además les transmitieron enfermedades contagiosas y los desplazaron de sus territorios de caza.
Lengua
Era un idioma perteneciente a la familia chon, familia de la que también formaban parte el tehuelche y el haush. De ahí las similitudes con el tehuelche de la Patagonia continental, con quienes compartían el sonido áspero producto de sus expresiones guturales y oclusivas. Estas características hacían que hasta la conversación más amistosa sonara como una fuerte discusión.
Algunas palabras selk’nam conocidas revelan claramente el parentesco con las otras lenguas chon:
Sol: Kré / kran
Luna: Kréen / krä
Noche: Kauk'n
Día: Kerren
Hombre: C'ón / Chohn
Mujer: Naa / Nah
Uno: Sós
Dos: Sôki
Tres: Sauki
Cuatro: Koni-sôki
Cinco: Kismarey
Organización social
La base de la organización era la familia, padre, madre, hijos, pero a esta se incorporaban los parientes que ocupaban el mismo territorio, llamado haruwenh. Había muchos territorios perfectamente delimitados. Formaban "clanes" patrilineales de 40 a 120 miembros con jurisdicción sobre un territorio de caza. Los hombres tomaban esposas de otros clanes.
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Familia selknam. Fotografía de 1916. |
Vivienda
Este tipo de construcciones era más útil para proteger al fuego del viento, que a sus habitantes de la intemperie. Cuando decidían ponerse nuevamente en marcha, desarmaban el paravientos, lo enrollaban y lo cargaban en las espaldas de las mujeres.
Tanto los hombres como las mujeres utilizaban mantos de cuero de guanaco, o pieles flexibles como la de los zorros o los curucos, que si bien no proporcionaban demasiado abrigo, si eran muy útiles para protegerlos del viento. Los hombres usaban estos mantos desde los hombros hasta los tobillos.
Usaban el cabello largo a los costados de la cara y lo peinaban con un peine hecho con barba de ballena. Las mujeres se dejaban el flequillo y los hombres se afeitaban la barba y el bigote y se depilaban las cejas y su escaso vello corporal.
Acostumbraban a higienizarse en arroyos o lagunas frotándose con pasto o musgo húmedos, aunque el aseo no era diario ni sistemático.
Usaban collares de tendones adornados con cuentas de segmentos de huesos huecos de aves, muñequeras y tobilleras de cuero o de tendones trenzados o de juncos.
Se pintaban la piel con pigmentos negro, blanco y rojo con los que rellenaban dibujos sencillos relacionados con situaciones por las que estaban atravesando o estados de ánimo.
Se alimentaban de aves, guanacos, y cururos, lo que complementaban con la recolección de productos marinos, como mariscos que encontraban en las playa o alguna ballena varada; y de frutos silvestres como el calafate o la chaura.
Herramientas y armas
Fabricaban herramientas de piedra, hueso y madera y vivían de la naturaleza, sin cultivar la tierra. Su principal arma eran el arco y la flecha. También empleaban la honda y el arpón.
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Armas y herramientas elaboradas por el pueblo selknam, exhibidas en el Museo Municipal Fernando Cordero Rusque de Porvenir. |
Cosmovisión
Los selk´nam creían en espíritus identificados con la naturaleza: el espíritu de los bosques, el de los lagos, el de las montañas, animales y hechiceros muertos. Los seres humanos tenían un ánima a la que llamaban Kashpi y que sobrevivía a la muerte del cuerpo, pero sin contactos con los vivos salvo que se tratara del ánima de un xo´on.
Los xo’on eran una mezcla de hechiceros, chamanes y curanderos que en sus creencias tenían un inmenso poder que les permitía influir sobre el clima, la caza y la guerra; contrarrestaban brujerías y hacían presagios. Actuaban después de prepararse mediante la autohipnosis, efectuando cantos y manipulaciones con las que se suponía que manejaban fuerzas invisibles. Esto atemorizaba a los selk´nam que creían que los xo´on tenían poder sobre la muerte.
Máscaras
Estas máscaras, junto con la pintura corporal, combinaban patrones geométricos y colores rojo, blanco y negro para lograr un aspecto místico y no humano, rompiendo las formas del cuerpo.
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Colección de máscaras selknam (Reproducción) |
https://www.suteba.org.ar/download/12-de-octubre-dia-del-respeto-a-la-diversidad-cultural-89378.pdf
Secuencia Didáctica: "Conociendo a los Onas"
Duración: 4 a 5 encuentros (adaptable)
Destinatarios: Nivel Inicial (sala de 4 y 5)
Propósitos:
- Conocer aspectos de la cultura Selk’nam (Onas).
- Valorar costumbres de los pueblos originarios.
① Primera etapa: Acercamiento e investigación
Ubicar a los niños en nuestro continente utilizando un globo terráqueo.
Luego, usando como soporte un mapa de Argentina contarles que en nuestro país, hace muchos años habitaban pueblos llamados Indígenas, y que hoy hablarán en particular de un determinado pueblo: Los Onas.
Para mostrar donde se ubicaban geográficamente, primero se indicará dónde se encuentra nuestra provincia, para luego indicar donde habitaban los Onas (Tierra del Fuego).
A continuación se mostrarán algunas imágenes o video para observar las características físicas, la vestimenta, las herramientas y las viviendas de los habitantes de este pueblo.
Se puede solicitar a las familias colaboración para investigar con información teórica, fotografías, cuentos, leyendas, etc.
Luego, entre todos realizar láminas con dibujos y producción escrita grupal (mediante el dictado a la maestra) para exponer lo que aprendieron.
②Segunda etapa: Elaboración de máscaras y expresión corporal.
Contar a los niños sobre las ceremonias donde los Onas usaban máscaras y pinturas.
Observar imágenes de las máscaras.
Crear máscaras propias:
-A partir de formatos en cartón confeccionados previamente por la docente, se les pedirá a los niños que las decoren con diferentes materiales.
Los materiales a utilizar serán:
- Pintura roja, negra y blanca
- Hojas secas
- Pequeñas ramas
- Semillas
③ Tercera etapa: Construcción de viviendas y escenario lúdico
Recordar a los niños lo investigado sobre las viviendas de los Onas. Mostrar fotos para observar las diferencias.
Se les propondrá realizar en grupos las diferentes viviendas del pueblo Ona.
Se le entregará a los niños/as ramas, bases de telgopor simulando el piso, tela simulando la piel de animal, piedras para poner alrededor, hilos, pegamento.
Armar un escenario lúdico incorporando las chozas armadas por los niños, friselina azul para simular el mar, siluetas de peces, fogatas con ramas y papel celofán rojo y naranja , máscaras confeccionadas previamente, mantas de tela para abrigarse
④ Cuarta etapa: Expresión de "La leyenda de los onas"
-Narrar (o leer) la Leyenda que refiere la historia de una familia selk'nam que es secuestrada por conquistadores españoles y que el mar transforma en delfines para salvarla.
- Conversar: ¿Qué sintieron los personajes? ¿Por qué se convirtieron en delfines?
- Dibujar lo que más le gustó de la historia.
- Dramatizar la leyenda: utilizar títeres para representar a los delfines , telas para hacer movimientos como las olas del mar, silueta con caja de cartón para simular el barco español o una mesa dada vuelta, sonidos del mar y música suave , atados de ramas y papel celofán para simular los fuegos.
⑤ Cierre
-Armar una pequeña muestra para las familias, exponiendo las máscaras, dibujos e infografías.
- Representar la leyenda.
-Cantar una canción relacionada con los pueblos originarios.
Anexos
- La historia de los shelknam en video:
- Animación que narra los aspectos más relevantes de la cosmovisión Selk'nam
- Cómo confeccionar las máscaras
- La leyenda de los onas