"En el Jardín de Infantes aprendí
que todos los sueños que te atreves a soñar
se hacen realidad".
Huellas todos me dejaron,
huellas huellitas dejé.
Huellas en mi carpeta
y en el CD que grabé.
Huellas en mi guardapolvo
con manchitas he “decorado”.
Huellas en los cachetes
de besitos pegoteados.
Huellas todos me dejaron.
Huellas huellitas dejé.
Huellas quedan en mi alma
donde guardo a los que amé.
Nilda Zamataro
Semillas maduras
Como semillitas todas apiñadas
hasta hoy unidas dentro de una flor
que se abrazan fuerte, muy emocionadas,
pues flota en el aire, la palabra adiós.
Hoy, en el jardín, esta flor se abre,
las semillas maduras quieren transitar
nuevos caminos, juntas o separadas
y en otros surcos poder germinar.
Ya llegó el momento, vuelan con el viento,
con voz emocionada, se escucha decir:
“Aunque hoy nos vamos, nunca olvidaremos
las flores hermosas de este jardín.
Seños que son flores, seños jardineras
que de semillitas saben un montón,
les aseguramos que las guardaremos
en un lugarcito de nuestro corazón.”
Nilda Zamataro
Hoy quiero contar a todos
una historia con final,
que comenzó hace tres años
cuando llegué a este lugar.
Al principio estaba triste
porque se fue mi mamá,
pero había muchos niños
con los que poder jugar,
y una seño sonreía
y me venía a abrazar.
Desde aquel lejano día
que hoy he vuelto a recordar,
hemos ido compartiendo:
el esfuerzo, la alegría,
cuentos, meriendas,
juegos y poesías.
¡¡¡Hemos aprendido mucho!!!
no lo vamos a negar.
Pero lo más importante:
El valor de la amistad.
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