Porteros, celadores, auxiliares, son distintos términos que usamos para referirnos a esas personas tan importantes en la vida de una escuela, que diariamente nos brindan su afecto y colaboración. Sin ellos no tendríamos el colegio tan limpio, la merienda a tiempo y el timbre del recreo que nunca se olvidan. Son los que caminan día a día la escuela entera, marcando surcos de trabajo y de tesón.
No en todos los lugares de Argentina se tienen en cuenta esta fecha u otra para rendirles su merecido homenaje. Sé que las maestras de Mendoza, sí lo hacen y preparan actos para su festejo.
El origen del festejo
Por Resolución Nº 773 A de 1965, firmada por el entonces Director General de Escuelas, Osvaldo Moyano, se estableció el 5 de noviembre como fecha a celebrar el Día del Celador.
Según el documento citado, por iniciativa de la Sra. Eva Antonia Manzi, Directora de la Escuela 232 Martín Güemes de San Martín, solicitó la consideración de una fecha para la celebración del Día del Celador, dada la reciente canonización de Fray Martín de Porres, el santo mulato peruano, caracterizado siempre con una escoba en la mano,símbolo de la humildad. Fue beatificado por Gregorio XVI en 1837 y canonizado por Juan XXIII, el 6 de mayo de 1962.
El santo nació en Lima el 9 de diciembre de 1579 y falleció el 3 de noviembre de 1639.
Toda la comunidad limeña participó de sus funerales y a partir de allí se multiplicaron los milagros por su intersección. Hijo de un noble español y una india panameña, desde temprano manifestó su devoción eclesiástica, haciendo gala de elevadas virtudes como la humildad y la generosidad, dedicándose a los enfermos y los pobres. Se instruyó como barbero y conoció tempranamente el empleo de las hierbas medicinales, con las que curaba a los enfermos.
“San Martín de Porres llamado también “El santo de la escoba" fue el primer santo de piel morena de América y patrono protector de los porteros.
Unas palabras para ellos
"Yo, en realidad, no sé, si es por ley o resolución que alguien decretó el día del portero de escuela.
Nunca nada fue más justo que este acto de reconocimiento, hacia aquel ser que desempeñó o desempeña actualmente, esta noble tarea. Porque el portero, es esa figura silenciosa que aparece en nuestra niñez, cuando comenzamos la escuela, y se distingue de todos, solamente por el hecho, que su guardapolvo no es blanco como el de los maestros.
El portero, es el primer testigo de las lágrimas y del beso de despedida, que las mamás dan a sus hijos el primer día de clase. También es el último confidente, del llanto de los padres cuando sus hijos se reciben y van en busca de la Universidad o del trabajo.
Cada obrero, cada profesional o cada ciudadano, cualquiera sea su condición social, cuando revise sus memorias, seguramente encontrará siempre a esa persona casi anónima, de guardapolvo gris, manchado con tiza, que fue testigo de distintas emociones vividas por ellos y sus padres, ya sea en el primer día de clase o en la fiesta de despedida de cada año.
Recordar a un portero, es sentir su rezongo, mientras levanta un papel en un patio recién barrido, o escucharlo quejarse por encontrar las paredes escrita con lápices de colores, o verlo esperar parado bajo la campana, a que se cumplan los minutos, que anuncian el final de un recreo.
Recordar a un portero, es volverlo a ver corriendo con los mapas que solicitaron las maestras; buscando tizas en la dirección, para adornar los pizarrones; defendiéndonos de la Directora por alguna travesura, o dándole una patada a la pelota, escapada del picado que jugábamos en el patio.
Recordar a un portero, es guardarlo para siempre en el corazón de niño que siempre, siempre, llevamos adentro".
Rubén Loetti
Poesías
Día del portero
No es más limpio, el que más limpia
sino el que evita ensuciar.
Preguntemos a los porteros
si es o no, una gran verdad.
Ellos, con sus escobillones,
van, dispuestos, a retirar
papeles, de los rincones,
que no debimos tirar.
¿Que faltan cestos? No dudo,
pero podemos aprovechar
a los pocos que tenemos
y así la higiene cuidar.
En los baños, rapidito,
a no mojarnos, ni a mojar,
así les ahorramos trabajo
y ¡agua!, ¡fundamental!
Tener la merienda a horario
y limpia toda la escuela,
algún que otro mandado;
es lo que hacen nuestras porteras.
Es su trabajo, vital;
nadie lo puede negar.
Sin sus valiosos servicios
no podríamos estudiar.
Ellas cumplen con lo suyo;
nosotros vamos a ayudar,
porque a la escuela,entre todos,
las tenemos que cuidar.
Con estos sencillos versos
he querido homenajear
a nuestros compañeros porteros
en su día. Nada más.
sino el que evita ensuciar.
Preguntemos a los porteros
si es o no, una gran verdad.
Ellos, con sus escobillones,
van, dispuestos, a retirar
papeles, de los rincones,
que no debimos tirar.
¿Que faltan cestos? No dudo,
pero podemos aprovechar
a los pocos que tenemos
y así la higiene cuidar.
En los baños, rapidito,
a no mojarnos, ni a mojar,
así les ahorramos trabajo
y ¡agua!, ¡fundamental!
Tener la merienda a horario
y limpia toda la escuela,
algún que otro mandado;
es lo que hacen nuestras porteras.
Es su trabajo, vital;
nadie lo puede negar.
Sin sus valiosos servicios
no podríamos estudiar.
Ellas cumplen con lo suyo;
nosotros vamos a ayudar,
porque a la escuela,entre todos,
las tenemos que cuidar.
Con estos sencillos versos
he querido homenajear
a nuestros compañeros porteros
en su día. Nada más.
Celia Romero
❤❤❤❤❤❤❤❤
El celador
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El celador
De temprano llegaste,
con tu sonrisa y ternura nos recibiste.
Una palabra….. un gesto…… de aliento nos diste.
Todos los días estas,
recorriendo la escuela sin parar.
¡Suena el timbre, viene la merienda, hay que limpiar!
¡Cuánto trabajo te damos sin mirar!
Pero hoy es un día muy especial
y te decimos ¡muchas gracias por estar!
❤❤❤❤❤❤❤❤
Han caminado los patios de la escuela,
marcando surco de trabajo y tesón.
Han sembrado sonrisas y esperanzas,
que florecieron al amparo de su amor.
Una coreografía para homenajearlos
Una canción para los Celadores
Canción para bailar con una escoba