La dislexia es un trastorno de origen neurobiológico, que ocasiona gran parte de los fracasos escolares.
Se incluye dentro de una amplia clasificación, la de las dificultades específicas de aprendizaje (DEA) definidas como “Desorden en uno u más de los procesos básicos que involucran la comprensión oral y escrita del lenguaje”. Los problemas que pueden observarse en la escuela se concretan en distintas áreas: pensamiento, habla, lectura, escritura, deletreo o dificultad para manejar signos matemáticos. Se da en sujetos con un desarrollo cognitivo o inteligencia normal o alta, que no padecen alteraciones sensoriales perceptibles y que han recibido una instrucción adecuada.
Suele estar asociada al trastorno del cálculo y de la expresión escrita, siendo relativamente raro hallar alguno de estos trastornos en ausencia de ésta.
También son frecuentes en los sujetos que la padecen los problemas de atención, que pueden acompañarse de impulsividad.
Los niños con dislexia es corriente que tengan antecedentes de trastornos del desarrollo del habla y del lenguaje, acompañados de fracaso escolar, de falta de asistencia a la escuela y de problemas de adaptación social. Durante el periodo escolar suelen también presentar problemas emocionales y de conducta.
La psicopedagoga María Trinidad Iglesias Musach , en el documento
Alumnos con dislexia: estrategias para educadores explica que la dislexia es un trastorno específico del aprendizaje, por lo tanto evolutivo y los síntomas cambian a medida que el niño crece.
En la etapa preescolar ya se pueden detectar alteraciones significativas en el lenguaje, la motricidad, la percepción y la falta de madurez en general, por lo que, sabiendo que no se cura sólo con el paso del tiempo, se requiere de un diagnóstico temprano para poder ayudar el niño oportunamente.
Existen investigaciones que han demostrado la relación de la Dislexia con alteraciones del cerebro del niño, en áreas imprescindibles para el aprendizaje de la lectura y el lenguaje. Que por lo demás, han demostrado que, la calidad funcional del cerebro puede ser mejorada por el entorno familiar y escolar del niño y por las terapias especializadas que se le apliquen.
Los educadores no deben dudar en consultar ante las primeras sospechas de dislexia.
Es posible apreciar en la etapa preescolar pequeños detalles o signos que pueden hacernos sospechar que un niño es disléxico.
DETECCIÓN EN NIÑOS DE 4 A 6 AÑOS
Las alteraciones tienden a aparecer más en la esfera del lenguaje:
- Dislalias múltiples.
- Omisión o distorsión de fonemas, principalmente en las sílabas compuestas e inversas. Ocurre a veces también la omisión del último fonema. Así el niño dice “bazo” por “brazo”, cuando no hay rotacismo o dislalia de la “r”. O dice “e perro” omitiendo la “l” en vez de decir “el perro”.
- Confusiones de fonemas que a veces van acompañadas de lenguaje poco inteligible. Puede pronunciar más claro si se le invita a hablar despacio, pero su lenguaje espontáneo es confuso.
- Inversiones, que pueden ser de fonemas dentro de una sílaba o de sílabas dentro de una palabra. Por ejemplo: “pardo” por “prado” y “cacheta” por “chaqueta”.
- En general, pobreza de vocabulario y de expresión, junto a comprensión verbal baja.
Además de las alteraciones de lenguaje, se observa también frecuentemente:
- Retraso en la estructuración y reconocimiento del esquema corporal.
- Dificultad para los ejercicios sensorioperceptivos: distinción de colores, formas, tamaños, posiciones,…
- Torpeza motriz, con poca habilidad para los ejercicios manuales y de grafía. Si se observa con detenimiento, se suele dar falta de independencia segmentaria, dificultad de mover independientemente las distintas articulaciones.
- Movimientos gráficos de base invertidos. Nuestra grafía requiere el giro en sentido contrario a las agujas del reloj, pero hay niños que los hacen en el mismo sentido de las agujas.
- Al final del período, si consigue aprender letras y números, memorizarlos y distinguirlos, aparece la escritura en espejo de letras y números, las inversiones, las confusiones, la falta de alineación de la escritura, el tamaño inconstante de las grafías.
- Cuando se ha aprendido la técnica lectora se notan vacilaciones, repeticiones, rectificaciones, omisiones, adiciones, confusiones de letras con simetrías, sustituciones de palabras, dificultades de las descritas arriba a nivel oral a la hora de escribir
También tendrá que tenerse en cuenta antecedentes de familiares con problemas disléxicos (padres, hermanos, otros familiares).
Para conocer signos y síntomas en otras edades pueden recurrir a las fuentes citadas al final de la publicación.
➽Es importante señalar que no todos los niños que tienen dificultades con estas habilidades tienen que tener dislexia. Las pruebas específicas de lectura, el lenguaje y las habilidades de escritura realizadas por un especialista es la única manera de poder confirmar el diagnóstico de la dislexia.
➽Se ha de insistir en la importancia de la detección precoz de estos déficits, antes de que puedan derivar en otros tipos de problema. Ante la duda es recomendable la derivación hacia el equipo de orientación del colegio. Nunca hay que perder de vista la presencia de una dislexia en todos aquellos niños calificados de inmaduros.
El diagnóstico es una tarea compleja con la que se pretende conocer las causas de la misma, valorar y aislar los síntomas, con el objeto de seleccionar las estrategias psicopedagógicas apropiadas. El equipo docente deberá orientar a la familia para que lleven al alumno a ser valorado.
Este proceso implica la exploración médica (cuya finalidad es descubrir los posibles trastornos neurológicos y/o sensoriales que inciden en el problema), la exploración psicológica (que pretende analizar el nivel aptitudinal y la dinámica de la personalidad) y la exploración pedagógica (que persigue detectar el nivel de madurez lecto-escritora y el grado de instrucción.
ESTRATEGIAS PARA EL AULA. CONSEJOS Y HERRAMIENTAS
Todo profesional de la enseñanza debería saber algo sobre dislexia y tener en cuenta estas consideraciones en la medida de lo posible (no sólo para niños disléxicos). Se evitarían muchos problemas en las aulas.
- Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
- Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus posibilidades. Evalúe sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en las áreas que necesita mejorar.
- Déle atención individualizada siempre que sea posible.
- Déle tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo.
- Es importante el uso de tamaños de fuente más grandes y aumentar el espaciamiento de secciones.
- Combinar la información verbal y visual a la vez.
- Escribir los puntos clave o palabras en la pizarra antes de la explicación.
- Evitar la corrección sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle notar sólo aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.
- Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen su mala lectura, escritura y capacidad organizativa.
- Tener en cuenta que le llevará más tiempo hacer las tareas para casa que a los demás alumnos de la clase. Se cansa más que los demás. Procurarle un trabajo más ligero y más breve. No aumentar su frustración y rechazo.
- Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de señale aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay que elogiarlos y alentarlos siempre que sea posible.
- Es fundamental ser consciente de la necesidad que tiene de que se desarrolle su autoestima. Hay que darles oportunidades de que hagan aportaciones a la clase. Evite compararle con otros alumnos en términos negativos .No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer en voz alta en público contra su voluntad. Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea especialmente bueno y desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito.
- Permitirle aprender de la manera que le sea posible, con los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras, magnetófonos, tabletas, lectores electrónicos, diccionarios, ortografía, texto para los programas de voz, audio libros, y más pueden ser herramientas muy útiles.
Fuentes
Guía general sobre dislexia.Asociación Andaluza de Dislexia
Guía Madrid con la dislexia