21 may 2023

El Cesto de los Tesoros


El cesto de los tesoros (también llamado cesta o canasta de los tesoros) es una propuesta de juego y aprendizaje para bebés entre 6 y 12 meses -aproximadamente-  creada por Elinor Goldschmied.

Se aplica  antes de que empiecen a gatear y cuando ya pueden permanecer sentados estable y cómodamente pues en el momento que empiezan a movilizarse pierden la concentración necesaria para que este juego se desarrolle en condiciones óptimas.

Es una actividad de exploración, concentración y atención, donde hay que llenar un cesto de mimbre (recomendable materia natural) con objetos de uso cotidiano y escogidos. Como dice E. Goldschmied se trata de “aprender a través de la experimentación y el descubrimiento a través de los objetos”. 

Los objetos del cesto no son juguetes, sino que pueden ser de la casa o entorno del niño/a, confeccionados y/o recuperados de la naturaleza. Se trata de proporcionar un conjunto de objetos diferentes para favorecer la curiosidad por descubrir las cualidades de las cosas y los diferentes usos de los objetos.

Con el cesto de los tesoros los menores aprenden por sí mismos; el adulto les da seguridad y confianza pero sólo desde la presencia y atención a lo que sucede en el momento de la actividad.
Cuando juegan con la canasta, observamos que «ofrece oportunidades infinitas para que el niño/a tome decisiones» (Goldschmied).
Gracias al cesto de los tesoros reforzaremos las habilidades manipulativas: la coordinación óculo manual (ojo-mano-boca) la presión y la suelta de objetos, la pinza  (agarrar cosas pequeñas con el pulgar y el índice),  estimularemos los cinco sentidos,  también la atención,  la concentración, y las habilidades comunicativas mediante la interacción con los otros bebés.

En el siguiente vídeo Elinor Goldschmied nos presenta su cesta de los tesoros:

 🔷ORGANIZACIÓN

 ■ Los objetos se escogen atendiendo a sus cualidades (madera, metal, objetos naturales, posibilidades de sonido, formas diferentes, etc.) y se colocan dentro de un cesto de unos 35 centímetros de diámetro y alrededor de 8-10 de altura. Debe ser sólido, plano, estable y que no tenga asas. El niño debe poder apoyarse en él sin que vuelque.

■ La selección de materiales se hará desde objetivos creativos y renovadores (estimulantes para su mente) que será entorno a 60 objetos (alrededor de 20-25 por cada niño); conviene que esté en un rincón estable de la sala y sobre una alfombra. Se sentarán alrededor del cesto o muy cerca de él para acceder de forma fácil y poder mantener el equilibrio. Hay que evitar interferencias y favorecer que manipulen, exploren y se concentren.

 ■ Los objetos favorecen que entre ellos se establezcan los primeros contactos, comunicaciones e interés por medio de esta propuesta de juego.

■ Esta actividad debe prepararse con interés y colaboración por parte de todo el equipo y pensando en la implicación de padres y madres a la hora de recopilar objetos y observar la evolución de sus hijos e hijas.

■ Se renovarán sólo unos cuántos objetos periódicamente, la presencia demasiado prolongada de un mismo objeto no estimula el interés del niño ni satisface su curiosidad de exploración. Los de antes serán puntos de referencia para los niños, y los nuevos serán el estímulo que los hará mantenerse activos, creativos y divertidos.

■ El adulto se sienta cerca de los niños a una distancia óptima para observar y no interferir,  proporcionando seguridad y confianza a través de la mirada receptiva y disponible para todos los niños y niñas que participan en la actividad en ese momento.

 🔷LOS OBJETOS

Los objetos seleccionados deben estar hechos de materiales naturales, no de plástico ya que, en la actualidad, la mayoría de los juguetes que se ofrecen, suelen estar fabricados con plástico (de idénticas texturas que sólo varían sus colores y formas).


Si atendemos a que el propósito de la propuesta tiene que ver con los siguientes objetivos:
  • Conocer y diferenciar las partes básicas de la cara: ojos, boca, nariz y orejas.
  • Conocer las características de los objetos que se presentan (los llevan a la boca, los  huelen, miran, manipulan, etc).
  • Discriminar olores, texturas, sabores, sonidos, formas, colores, etc.
  • Explorar y dejar que sus sentidos les permitan medir las posibilidades de juego de los  objetos (si ruedan, suenan, están fríos, ásperos o suaves, pesan, huelen, etc.).
Entonces, podemos plantear la siguiente propuesta de objetos:

Objetos Naturales (limón, manzana piedra pómez, corteza de árbol, cáscaras de coco, caracolas de mar de formas redondas y suaves,  esponjas ,etc.).

Objetos de Materiales Naturales (ovillo de lana, flauta de caña,  cuchara de asta, cepillo de uñas de madera,  brocha de afeitar, brochas o pinceles, cestos pequeños, etc.)

Objetos de madera (cajas pequeñas, sonajeros, castañuelas, botones de colores ensartados, cubos y dados, cilindros, anillas de cortina, espátulas y cucharas, pinza de la ropa, cuchara de miel, ruleros, espejo, etc.).

Objetos Metálicos (cucharas de distintos tamaños, batidora de huevos, juego de llaves, flanera, latas redondas,  moldes de tortas, armónica pequeña,  colador de té, trozos de cadena, cencerro, campanilla, tapón de frasco de perfume, etc.).

Objetos de papel y cartón (libreta pequeña de espiral, cajitas de cartón, tubos, conos y cilindros, etc.).

Objetos de piel, tela, goma y fieltro (monedero, funda de anteojos, tapón de bañera , guantes o manoplas , pulseras de goma , cintas, espátula de goma, bolsas pequeñas con tomillo o lavanda, etc.).


Esta variedad de objetos permite que el niño juegue tranquilo, ocupado y concentrado durante tiempo; que disfrute de las sensaciones y descubrimientos que le provocan los objetos; su curiosidad crece y los descubrimientos que hace le llenan de satisfacción (descubre formas, colores, olores, consistencia, espacios, peso y textura, etc.). Mientras juega, observa, comprueba, mete-saca, muerde, compara, golpea, escucha, huele, sonríe y emite sonidos pre-verbales; es decir, se comunica con todo el cuerpo.

Hay que cuidar y mantener los objetos de la canasta (lavarlos o limpiarlos de forma regular, y eliminar o sustituir los que estén estropeados). 

Deberemos observar con atención la seguridad de cada uno de los elementos teniendo en cuenta las siguientes pautas:

  • Que no tengan bordes afilados.
  • Que sean lo suficientemente grandes para que no se los puedan tragar.
  • Que no tengan piezas pequeñas que puedan desprenderse al golpearlos o chuparlos.
  • Ante cualquier duda que tengamos con la seguridad de algún objeto vale la pena que no lo incluyamos.
Una versión extendida podría consistir en hacer cestas de “temas”: telas, madera, metal… y colocar las diferentes cestas en el suelo para que el niño vaya de una a otra.

 🔷EL PAPEL DEL ADULTO

La presencia del adulto (educadora o educador) da seguridad y favorece la concentración. Una mirada o una sonrisa bastan para iniciar el contacto mutuo. La actitud y el interés del adulto debe ser motivante para el niño y que se sienta en libertad para disfrutar descubriendo.

La educadora/or no interviene, sino que organiza el ambiente, comprueba que los niños y niñas se sientan cómodos y seguros, y debe controlar el estado de los diferentes objetos y su conservación.

Debe saber organizar el espacio pensando en la evolución de los niños (por ejemplo, a mitad del curso algunos ya empiezan a desplazarse y su interés por el cesto disminuye y buscan otros objetos del entorno), las nuevas necesidades y la no interferencia entre unos y otros niños.

Así mismo, deberá determinar el momento más adecuado para la observación y la evolución del juego, pues en estas edades la atención que necesitan y el ritmo de cada uno es muy variable.

 🔷EVALUACIÓN

Además de todo lo anterior, la educadora/or deberá llevar a cabo algún tipo de observación que permita analizar y valorar el juego de cada niño y niña y referidos a: cuantificar las actitudes de los niños ante los objetos (acciones más frecuentes, evolución del juego, procesos de manipulación y objetos preferidos, intercambios o interacciones verbales y gestuales con los objetos, el educador y los demás niños, etc.).
Como guía para la evaluación podemos acudir a los siguientes resultados que se presentan en el cuadro. El juego con los materiales del “cesto” favorecería los siguientes (en el niño, el grupo, y al adulto): 



Fuentes: 

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