La primera aparición de Pérez en la literatura fue en la historia de La cucarachita Mondinga y el Ratón Pérez, de la escritora Cecilia Böhl de Faber (1796-1877), que se hizo célebre con el seudónimo Fernán Caballero. En el libro de Faber puede rastrearse la costumbre de hacer una ofrenda a quien pierde su diente, un ritual que en 1894 el escritor y sacerdote jerezano Luis Coloma retoma en su cuento "Ratón Pérez". Coloma escribió este relato, con mensaje solidario incluido, a pedido de la reina María Cristina. Su niño, el rey Alfonso XIII, había perdido un diente. Ella decidió agasajarlo con la siguiente historia:
El rey Buby I (así llamaba la reina a su hijo Alfonso) es un gran amigo de los niños y protector de los ratones cuando los médicos les quitan su primer diente de leche con la ayuda de una hebra de seda. La reina madre le aconseja a Buby que escriba una carta al Ratón Pérez y la deje bajo su almohada, para que mientras el niño duerme, el ratón le deje, a cambio del diente, un regalo. Cuenta la historia que ese ratón se apareció y, al verlo, el rey le pidió que lo llevara con él; entonces, el Ratón Pérez lo tocó con su cola y lo convirtió en ratoncillo para que lo acompañara a su casa y después a recoger el diente de Gilito, un niño pobre. Junto a ese pequeño, el rey Buby I conoció la miseria.
La reina madre le explicó a su hijo que ser rey es ser el hermano mayor de todos los pobres. Todo, claro está, luego de que el niño despertara y tuviera su regalo.
La ilusión de despertar y encontrar un obsequio a cambio del preciado diente se mantiene intacta gracias al juego que aún hoy mantienen las familias en distintos países. Una tradición que se repite en Francia, en la piel del Petite Souris; en Italia, gracias al famoso Topolino, y en ámbitos con influencia anglosajona (Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Filipinas) en la piel del Hada de los Dientes. En otros países, como Bulgaria, son las abuelas las que por la noche se ocupan de esta tarea, mientras que en Noruega el diente se deja en un vaso para que, a la mañana siguiente, el niño encuentre allí unas monedas.
"La pérdida de los dientes primarios es para el niño un cambio de suma importancia –explica la odontopediatra Laura C. Petricio–. Representa una de las más visibles transformaciones que los chicos deben enfrentar en su desarrollo. La caída de los dientes de leche es sinónimo de crecimiento."
"Todo mito surge por una necesidad, y la del Ratón Pérez aparece para aliviar la pérdida de una parte del cuerpo, en este caso, un diente. La historia del ratón pone paños a la angustia, al vacío que se hace presente en la boca del niño, a la duda sobre lo que vendrá.
Lo que tendríamos que preguntarnos es qué papel juega hoy el ratón, entre los chicos de 6 y 7 años, los verdaderos protagonistas de esta historia. Es más fácil explicar a través de Pérez la caída de los dientes a los nenes de 3, 4 y 5 años, que a los más grandes. Hoy, los chicos de primaria alimentan la fantasía de este personaje para mantener el ritual del premio. En definitiva, lo que hacen es ficcionalizar, como lo hacen con Superman y otros personajes, la llegada de este particular roedor. Los chicos no creen ciegamente en Pérez; es una fantasía que adaptan para su conveniencia. En este caso, saben que el ratón no aparecerá, pero igual pondrán el diente debajo de la almohada. Y está bien que así sea."(Enrique Silinger.Miembro del Comité Nacional de Pediatría General Ambulatoria de la Sociedad Argentina de Pediatría)
Fuente: Diario La Nación
Vídeo cuento El Ratón Pérez.
Otra versión del cuento en power point:
LA HISTORIA DEL RATONCITO PÉREZ EN PICTOGRAMAS
(pulsar en la imagen para agrandar)
Pictograma extaído de http://orientacionandujar.wordpress.com
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Muyy muy bueno ese articulo !! Felicitaciones , y sigue así con su blog . Estoy convicto que esta és una de muchas visitar que voy hacer acá .
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