En relación con la evaluación de los aprendizajes logrados con el desarrollo de la Unidad , la mirada será cualitativa, considerando avances, retrocesos e interrupciones.
A la hora de proponer experiencias a los niños, y ya que el espíritu de la Unidad Didáctica es la indagación, se deberán diseñar situaciones de juego, de diálogo, de producción y de intercambio en las que todo ayude a promover esa actitud. Por ejemplo:
, incluir materiales nuevos vinculados al recorte y sus características e intervenir ocasionalmente, complejizando las concepciones de los niños sobre los usos y sentidos de esos materiales.
, considerar en qué rincones será apropiado teñir el juego de los contenidos y preguntas vinculados al recorte y rediseñarlos para ese fin. Puede intervenirse agregando materiales, o proponiendo nuevos modos de usar los existentes.
, debería elegirse un lugar que represente genuinamente el recorte de la Unidad Didáctica. La experiencia directa es una vivencia central de la
Unidad Didáctica, y por eso amerita ser cuidadosamente anticipada, planificar las actividades que se van a realizar en el lugar, tener recursos para registrar y recabar información y recuperar todo eso ordenadamente en los días posteriores a la salida.
• Ya sea durante la experiencia directa o en cualquier otro momento de la Unidad Didáctica, es oportuno realizar alguna
a alguien que pueda informar sobre el recorte. Al hacerlo, se tiene la oportunidad de ejercitar el mayor de los procedimientos del niño como activo protagonista en la construcción del conocimiento: la pregunta. Es una de las ocasiones privilegiadas para hacer realidad aquel rasgo de la Unidad Didáctica de permitir al niño “indagar curiosa y profundamente” la realidad.
e intercambio grupal, sería oportuno prever algunos ejes que sirvan para problematizar y ampliar las ideas de los niños. Partir de sus palabras, sus intereses y su experiencia no significa limitarse a ellas, sino tomarlas como envión inicial, para potenciar y expandir.
Reconocer diferentes puntos de vista y analizarlos, proponer juegos imaginativos a partir de sus ideas, dejar preguntas abiertas sobre el recorte que inviten a ser retomadas en la experiencia directa o la entrevista.
, ya sea que se trate de producción artística, literaria, de la fabricación de objetos, o cualquier otra actividad que involucre la elaboración de productos
visibles y susceptibles de ser socializados, es oportuno preguntarse de qué modo esa propuesta aporta al conocimiento del recorte. ¿Pone a los niños en situación de enfrentarse a algunos desafíos que están presentes en el recorte? ¿Les da la ocasión de familiarizarse con objetos o materiales que pertenecen al recorte? ¿Los invita a vivenciar roles relacionados con el recorte?
El hecho de que se sugiera aquí una etapa de actividades de sistematización y cierre que incluya la socialización de producciones amerita dos aclaraciones. En primer lugar, que si bien se suele señalar la existencia de un producto como un rasgo propio del proyecto áulico, en modo alguno se trata de un rasgo excluyente. La diferencia esencial es que el proyecto se organiza íntegramente alrededor de ese producto, y la Unidad Didáctica, no.
La segunda observación tiene que ver con la compatibilidad de ambas estructuras didácticas. Los proyectos áulicos, especialmente aquellos breves y específicos, con sus productos incluidos, cómodamente “caben” dentro de una Unidad Didáctica. A modo de ejemplo: en la Unidad Didáctica sobre la panadería, sería viable incluir un proyecto breve centrado en la fabricación de “panes creativos” para emplear en una feria del plato.
Para interiorizarse más acerca de las unidades didácticas:
Tomado del Borrador del Diseño Curricular para la Educación Inicial. Año 2022. Dirección General de Cultura y Educación. Provincia de Buenos Aires.
La unidad didáctica es una forma de organización de la tarea, que tiene por finalidad promover que las
niñas y los niños conozcan un recorte significativo del ambiente. Su elaboración implica primero
seleccionar el recorte del ambiente y luego plantear preguntas vertebradoras, seleccionar los contenidos,
diseñar el itinerario de actividades, las previsiones de tiempos, espacios, formas de organización grupal,
materiales y recursos. Cuando las y los docentes planifican unidades didácticas deciden que una parte
del ambiente se convierta en objeto de indagación para el conjunto. En el transcurso del itinerario de
diversas actividades, las niñas y los niños avanzarán en sus conocimientos y aprenderán más sobre el
recorte elegido.
El uso frecuente de la expresión “recorte” para pensar en unidades didácticas se relaciona con la
comprensión del ambiente como una totalidad que resulta inabarcable, por su complejidad y por las
múltiples dimensiones que lo constituyen. El término “significativo” remite a decidir qué parte o porción
del ambiente será relevante, necesaria y valiosa para enriquecer los conocimientos de niñas y niños,
ofreciendo en su indagación experiencias que enriquezcan sus conocimientos.
Se considera importante destacar que la planificación de unidades didácticas se diferencia del trabajo
con “temas” (como por ejemplo las familias, el cuerpo humano, las plantas, los transportes, etc.) que son
categorías pensadas desde clasificaciones adultas y que han alentado un trabajo general y superficial. En
las unidades didácticas el centro de la indagación es una parte del ambiente, reconociendo que allí se
conserva su complejidad. En esta línea se convierten en recortes didácticos, el museo, la biblioteca
pública, la plaza, la fábrica de pastas, la estación de trenes, el teatro, la radio comunitaria, el tambo, el
galpón de empaque de cebollas, la cooperativa de producción de miel, entre otros.
Algunas unidades didácticas promueven la indagación de recortes del ambiente natural y social
conocidos por las niñas y los niños, pues son parte de sus experiencias y cotidianeidad. Otras unidades
didácticas ofrecen la oportunidad de conocer recortes del ambiente desconocidos, que de no mediar la
escuela probablemente no tendrían ocasión de conocer. (Ver Ambiente natural y social)
La unidad didáctica se construye a partir de preguntas que las y los docentes eligen y que orientarán todo
el proceso de indagación con sus alumnas y sus alumnos. Dichos interrogantes se dirigen al recorte y sus
aspectos significativos.
Por ejemplo, las preguntas sobre: ¿Cómo se organiza el Cuartel de Bomberos de la ciudad? ¿Por qué la
mayoría son bomberos y hay pocas bomberas? ¿Cómo son, qué características tienen las herramientas
que utilizan en la veterinaria? ¿En qué consiste el trabajo de las personas en el tambo? ¿Cómo se
organiza la peluquería? ¿Cómo sabe la persona que atiende en la estación de servicio cuántos litros de
nafta pone en el tanque de los autos? Estos interrogantes también son llamados preguntas vertebradoras,
porque resultan el eje que permite a las y los docentes resolver dos grandes cuestiones: seleccionar los
contenidos de enseñanza y diseñar las actividades como itinerario durante el cual se irán
respondiendo.
En su transcurso, niñas y niños tienen la oportunidad de averiguar, preguntar, investigar y organizar
información de variadas maneras: observar objetos, pinturas, videos, fotos; leer libros, revistas, folletos,
enciclopedias; hacer encuestas y entrevistas a informantes; realizar salidas educativas; explorar objetos,
espacios y materiales, dibujar, construir, crear y completar cuadros, listados, gráficos, jugar. Hacen
aproximaciones sucesivas, conocen aspectos del recorte que no conocían o que conocían de manera
parcial. En las unidades didácticas los contenidos asumen su función de “instrumentos” para el análisis
del recorte, es decir que se seleccionan aquellos contenidos de las áreas curriculares que permiten a las
niñas y los niños profundizar la mirada sobre el ambiente, su indagación y la resolución de los
interrogantes o preguntas vertebradoras. Por lo tanto, no es necesario ni posible que se incluyan
contenidos de todas las áreas curriculares, pues hacerlo implicaría realizar incorporaciones forzadas.
Para la indagación del recorte se ponen en interrelación contenidos de diversas áreas curriculares y las
perspectivas y ejes transversales de ESI, interculturalidad y educación ambiental en clave de inclusión e
igualdad. Estos aportan sus propios contenidos y claves de análisis y problematización para comprender
la complejidad del recorte en cuestión (Ver Marco político-pedagógico). Según sea el recorte y las
preguntas vertebradoras para conocerlo, se podrán seleccionar contenidos del área del Ambiente natural
y social y contenidos de otras áreas, como Educación artística, Prácticas del lenguaje, etcétera.
En la selección de posibles recortes para diseñar unidades didácticas es importante la tarea del equipo
docente para conocer las características de la zona en la que se encuentra el jardín de infantes, conocer
cómo es el ambiente natural y social en el que transcurre la vida de las infancias, sus familias y la
comunidad, qué conocimientos y experiencias tienen, las prácticas socioculturales de las familias y las
características de ese contexto particular.
Las entrevistas iniciales en todas las secciones y las reuniones con las familias son oportunidades
valiosas para escuchar y conocer sobre la vida de las infancias, acerca de qué espacios sociales conocen,
sus paseos y juegos habituales y otras experiencias. Así como qué otras actividades realizan, con quiénes
interactúan y los saberes que portan las familias para ser incorporados como objeto de indagación.
Durante el tiempo que se desarrolla la unidad didáctica no todas las actividades responden a la misma.
Es posible pensar propuestas de actividades que despliegan contenidos que no se incluyen en la unidad
didáctica y que se planifican en otras estructuras.
Es el colectivo docente quien decide y resuelve si organizará la enseñanza planificando, en forma
simultánea o sucesiva, una unidad didáctica o un proyecto y secuencias didácticas en la que se aborden
contenidos de las áreas que no hayan incluido en estos.
Ejemplos de Unidades Didácticas: