Un tubo de cartón, dos personas y un poema, son los elementos necesarios para trasportarse a lugares soñados, sin moverse del lugar. Una invitación a detenerse en este mundo apresurado para disfrutar de la palabra...
Susurrar poesía, es una experiencia poética que nace en Francia en el año 2001, con “Les souffleurs” de Oliver Comte, un excéntrico grupo de artistas franceses que tiene como consigna utópica y fundamental trabajar en pos de la desaceleración del mundo. Silenciosos y elegantes, siempre vestidos de negro y con paraguas, irrumpen en espacios públicos, (bibliotecas, eventos, exposiciones, embotellamientos, filas de espera), para decir al oído de quien lo desee un fragmento o un breve poema a través del "Ruiseñor".
Se les da el nombre de ruiseñor a estos tubos, evocando el nombre de un pájaro común en Europa y Asia, mundialmente conocido por su habilidad para cantar.
Les souffleurs
En Argentina, los susurros llegaron en el 2007 a Bahía Blanca, de la mano de
Mirta Colángelo, maestra normal nacional, quien se especializó en literatura infantil y juvenil. Narradora oral y coordinadora de talleres de lectura y escritura creativa , es reconocida como «la maga de los susurradores».
Mirta Colángelo
Encontrarás más información sobre el origen de los susurradores en esta nota: https://www.lanacion.com.ar/cultura/el-arte-susurradores-intimidad-potencia-poesia-
¿Cómo se construyen los susurradores?
Con tubos de cartón ( de tela, rollos de cocina, papel higiénico...), que se unen hasta alcanzar la extensión adecuada y luego se adornan para darles un acabado llamativo.
Para decorarlos todo sirve: tela, papel, cartulinas, pintura, botones, lanas, plumas, cintas, dibujos, inscripciones...
Mariela Padula, Docente de Nivel Inicial del Dto. Escolar 3º y del Programa Primera Infancia del Área socioeducativa , es la autora de un hermoso proyecto de poesía y susurradores para Nivel Inicial que ha desarrollado en la Escuela Nro. 15. JIN B Dto. Escolar 3º .
A continuación se transcribe su trabajo, que tan gentilmente ha permitido compartirlo en Mi Sala Amarilla.
Acciones poéticas en sala de tres
“La poesía quiere pasar a buscarnos a todos durante nuestra mas tierna infancia” Elsa Bornemann.
El susurro es una acción poética. Invita al encuentro, a detenerse, a escuchar, a disfrutar de la palabra.
Hace posible reconocerse en el otro desde la emoción, la sorpresa, el juego.
El susurro desecha el grito, la prisa, la indiferencia, la sensación de inutilidad de los gestos simples.
En su apariencia de acto mínimo el susurro contiene la fragilidad y la fuerza de la belleza, la que conmueve, la que da sentido a la vida. Liliana Quillay
Fundamentación:
¿Porqué limeriks y poesías?
El ritmo, la rima, el juego de palabras y sus sonoridades tienen un especial sentido en estas edades y en esta sala. El proceso de adquisición del lenguaje interjuega de manera decisiva: el contacto con la poesía les acerca un mundo donde la palabra adquiere un primer plano y es explorada en su materialidad sonora y rítmica.
Zoo Loco me pareció divertido, ideal, los personajes de animales son de sumo interés para ellos y para darle un comienzo divertido, los
limeriks nos acompañaran en este primer proceso de acciones poéticas.
¿Porqué susurradores?
Porque como decía Mirta Colágeno, los susurros son un regalo para el alma, ahora que todo es a una gran velocidad, detenernos a escuchar, esperar que nos toque el momento, el turno, un momento solo para mí, individualizar, sentirme único, esto es solo para mi en este momento. Los susurros, un regalo, un mimo, para mi, para mi amigo, para todos los que pongan un oído…
El proyecto se desarrolla en una escuela pública del barrio de Balvanera, CABA. En medio de tanto bullicio, nos detenemos, a escucharnos, a regalar poemas, a jugar con limeriks, esos juguetes hechos de palabras que nos regaló nuestra querida María Elena. Y como la literatura no tiene adjetivos ni edad, nosotros disfrutamos de esta escucha y regalamos poesías.
La sala está conformada por 15 niñ@s de 3 años, curiosos, expresivos, disfrutan cada mañana de una zona fantástica, un escenario literario lleno de títeres, mantas alfombras de colores y muchos libros desde el mes de marzo.
A principio de Mayo comenzó el proyecto…Les traje mi susurrador y un limeriks salió de él:
“Cocodrilo, come coco, muy tranquilo, poco a poco, y ya se guardó un coquito para su cocodrilito.”
¡Qué hermoso regalo! Tod@s esperan su turno, y respetan el tiempo del otr@. Cada mañana mientras juegan en diferentes escenarios, les regalo un susurro y felices con una sonrisa me piden otro.
Pequeños gestos, que nos hacen visibles, individuales, un regalo, un espacio solo para mi. Hoy la escuela propone compartir, jugar con otr@s y también ser únicos e individuales, para desarrollar la autoestima, para saber que alguien me ve, que soy, que estoy.
Una mañana
construimos nuestros susurradores, pintamos los tubos de colores y comenzamos a susurrarnos.
Otra mañana la sala se convirtió en una
Zona Fantástica pero esta vez estarían invitadas las familias, junto a ellas compartimos un momento de lectura sobre alfombras y mesas de colores, mientras les susurraba limeriks que salían de una cajita especial.
Luego hicimos un
taller de susurradores donde todos pudieron desplegar su arte y creatividad, con colores y texturas. Así ya estaba todo listo para el gran festejo el Día de los Jardines.
Así salimos a festejar y susurrar en la plaza del barrio, llevando nuestra poesía a toda la comunidad, más allá de la escuela.
Un susurrador y una caja de poesías visitan cada semana la casa de cada niñ@ para disfrutar en familia, con vecin@s, con amigo@ fuera de la escuela.
Los susurros nos acompañan en cada situación escolar, en las efemérides susurramos poemas a la bandera, por ejemplo.
Y si hay un tubo de cartón por ahí no vayan a tirarlo. Una mañana escuché a una de las nenas diciéndole a otra que lo usaba de visor, “no se usa así, es un susurrador, para las poesías”. Juana 3 años.
Ell@s ya se apropiaron, los susurradores l@s acompañan en sus juegos como los muñecos y los autos. Verles su cara de asombro, sus sonrisas ante este regalo nos da cuenta de que la escuela puede desde el arte y la literatura, parafraseando a Gianni Rodari, (1973, experiencias estéticas para todos), brindar experiencias, no para que todos sean artistas sino para que nadie sea esclavo.
El proyecto recién comienza, visitaremos la biblioteca de La Vereda para recibir susurros allí, saldremos a susurrar por la escuela primaria. Visitaremos una librería del barrio para susurrar a quienes compren en ella.
Y susurraremos poesías de colores que nos llenen de sueños y esperanzas.
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