Escuela: JIC N°3 DE 9 “Leopoldo Marechal”
Autoras: Giselle Román
Sala: Sala Violeta (3 años)
Breve descripción:
En este proyecto acercamos a los niños y las niñas una selección de diferentes poesías, limericks y adivinanzas que retomen y amplíen su repertorio cultural, teniendo en cuenta que cada uno de ellos trae diversas experiencias con la literatura desde su casa, teniendo más o menos acercamiento a estas palabras poéticas. Las mismas, se han presentado en diversos formatos: tarjetas con dibujos, utilizando soportes como CDs en desuso que ellos mismos habían intervenido previamente, poesía mojada, poesía colgada, acompañada con títeres, en cajita y otros recursos. En cada ocasión, se tuvo en cuenta la preparación de un clima adecuado, con luces tenues, música instrumental de fondo y colchonetas con telas grandes en el piso que invitaran a nuestro encuentro.
Se introdujo el “susurrador” como un valioso instrumento y el susurro como “acción poética”, que invita a detenerse por un momento, escuchar y disfrutar de la palabra. Las niñas y los niños crearon sus propios susurradores con material reutilizable y para finalizar, se invitó a las familias a que compartan en un “cofre” que dejamos en la puerta de la sala, poesías, versos o canciones populares que tengan un gran valor para ellos, que solían o continúan contándoles a sus hijos. Los compartimos en la sala con todos los niños y niñas, y también salimos a susurrar por el jardín a auxiliares, equipo directivo y docentes.
Situación inicial
Además, como sus vivencias personales en el vínculo con la literatura se muestran completamente diversas, teniendo ellos más o menos acercamiento a estas palabras poéticas, prácticas que quizás sigan sosteniendo en sus casas hoy o a medida que crecen van quedando atrás, consideré fundamental brindar este lugar a la poesía para asegurar su vigencia, recuperarla y socializarla ya que, como señala el Diseño Curricular de CABA, "La presencia de la poesía en el Jardín de infantes se torna fundamental puesto que permite a las niñas y los niños un encuentro diferente con la palabra, un encuentro estético, enriquecedor de sus sensaciones, disparador de su fantasía y de su creatividad." (2019: 182)
Objetivos
Que los niños y las niñas avancen en sus posibilidades de:
- Apreciar la lectura de textos poéticos y jugar con las palabras.
- Acrecentar su vocabulario.
- Escuchar con atención, por períodos cada vez más prolongados.
- Manifestar actitudes de interés, entusiasmo y placer por las situaciones de narración y lectura que se desarrollan.
Contenidos
Experiencias para la expresión y la comunicación. Hablar, escuchar, “leer y escribir”:
- Escuchar poesías.
- Escuchar participativamente poemas dichos o leídos por la docente.
- Responder adivinanzas.
- Manifestar algunas emociones o sensaciones sobre los efectos que el texto poético produce (acompañar el ritmo con movimientos corporales, repetir palabras del poema, etc).
- Repetir, aunque sea parcialmente, un poema que nos haya gustado.
Secuencia didáctica
● Poesía mojada: se presentan los personajes (figuras de goma eva) entre bolitas de gel en un frasco, como disparador. Los buscamos, luego los observamos, los nombramos y después los tomo para recitar la poesía “Cocodrilo come coco”. “¿Se animan a decirla conmigo?” Se los incentiva para que puedan repetir los versos.
● Lectura de limericks del libro “Zoo loco” de María Elena Walsh. Se les presenta este libro, se pregunta: ¿Qué habrá? ¿Miramos la tapa? Les cuento más sobre su autora, vinculándola con aquellas canciones que escuchamos a diario en la sala y en las clases de música.
“Estos limericks son textos cortos, disparatados, ¡ya van a escucharlos!” Algunas de ellas: “La vaca”, “Los pingüinos”, “Hipo”, “El toro tero”, “La foca loca”.
Al finalizarlas, pensamos en lo que dice cada una, a través de preguntas que los ayuden a expresar sentimientos frente a lo que han escuchado: ¿Vieron alguna vez una vaca así? ¿Pingüinos de traje? ¿Cómo se llamaba ese hipo tan chiquito?
● Recitado de poesías acompañado de títeres, que llegan a la sala en una valija, los invitamos a pasar: Miren esta valija, ¿qué dice acá? (la valija tiene la inscripción “Para Sala Violeta”), ¿la abrimos?, ¿qué creen que hay dentro?, ¿qué puede caber acá? ¡Un lobo! ¿Cómo habrá llegado, de dónde vino?”
Introducción para recitarles “Nana para un lobo miedoso” de Liliana Moyano.
y aunque se duerma, se quedará.
que mientras duerme crece la flor.
Que la abuelita no se va a Roma
y el cazador ya se durmió.
que nadie viene a sacarle un diente
de su bocota llena de antojos.
Caperucita, con la canasta,
espera verlo por el sendero
para empezar otra vez el cuento.
¡Duérmase, lobo, no sea miedoso!
● Les propongo un juego con sombras, utilizando una tela opaca blanca y un reflector. “Ahora les tengo un desafío, les voy a hacer algunas adivinanzas, yo les cuento algunos detalles y pistas sobre animales, y ustedes tienen que pensar y adivinar cuál es, ¿se animan?”
Me dirijo detrás de la tela, se les aclara que no vale espiar y para apoyar el texto anunciado me acompaño con figuras en palito de dichos animales, en caso que se dificulte la resolución y también para descubrir la respuesta correcta.
● Luego de la intervención de CDs en desuso con una técnica de goteo (proyecto paralelo de artes visuales con Jackson Pollock), incorporamos este recurso como soporte de poesías, que tendrán el dibujo del/los protagonista/s en el frente para un primer reconocimiento, y atrás la poesía escrita. Presento estos objetos en un espacio de la sala donde los colgaré para que puedan explorarlos al pasar por allí. Iré entre ellos recitando y animándolos a que ellos también lo hagan poco apoco.
● Se les presenta un caja llena de signos de interrogación. “A ver, ¿quién adivina que hay acá? ¿Se acuerdan del otro día cuando jugamos con las sombras?, ¿qué les traje?”(adivinanzas con animales). “Esta vez traje nuevas y algunas otras con objetos, elementos naturales… en tarjetas. Yo se las leo, y descubriremos la respuesta adentro”.
Dicha caja estará disponible en la biblioteca de la sala para que ellos también puedan manipularla. Se implementan las adivinanzas en momentos de intercambios y antes de la salida del jardín.
● Se les presentará la poesía colgada, por medio de un pequeño “escenario” de material reutilizable. Se irá recitando la poesía/limerick a medida que se descuelgan las figuras. Ejemplo: “Un pollito amarillito” (figuras en goma eva, pedazo de algodón).
un huevo chiquitito
y nació un pollito
todo amarillito.
Como una bolita
de suave algodón
el pollito era
del color del sol.
● Recuperando los limericks que escuchamos desde el libro “Zoo loco”, les propongo que además podamos verlos: observamos y escuchamos limericks audiovisuales a través de videos proyectados con el cañón. “¿Así se imaginaban la vaca? ¿De qué otra forma podría ser la foca loca?”, entre otras preguntas que disparen ideas a partir de lo observado.
Algunos audiovisuales:
“La vaca”
“La foca loca”
“El toro tero”
● Se pedirá a las familias un trapo de piso/retazo de tela similar (tamaño y textura), que luego intervendremos con acrílicos y pintura para tela, para poder armar nuestras mantas individuales para los momentos de lectura.
● Presentación del “susurrador”. “¿Qué es? ¿Qué podría ser? ¿Saben cómo se llama este tubo? ¿Se imaginan para qué lo vamos a usar? Podríamos ver a través de él, pero ahora no… vamos a susurrar, a contarnos y decirnos palabras a través de él, así, despacito, escuchen…” Allí podré pasar y susurrarle al oído a cada niño/a pequeños versos. Podremos repetirlos, preguntar qué escuchó cada uno/a, de qué forma lo hacemos (susurrando). Invito a crear susurradores.
● Creación de susurradores reutilizando tubos de cartón, pintándolos con témpera, agregándoles detalles con papeles de colores y texturas, brillos, etc.
● Exploración y utilización de los susurradores. Podemos acordar pautas para su uso: la manera en qué hablamos a través de él (sin gritar, sino con una voz suave), podemos invitar a que inventen palabras y pequeñas frases, que las reciten al compañero/a más cercano/a, que también “circulen” sus recitados a otros/as compañeros/as o a la maestra celadora…
● Se dispondrá un “cofre” a la entrada y salida del jardín, para que las familias puedan dejar allí pequeños versos, poesías, canciones populares que compartiremos en la sala. Este cofre al final podrá viajar por las casas para que puedan “susurrar” en familia.
● Cierre: con el material traído por las familias, haremos una “sesión de susurros” en la sala; con ayuda de la maestra celadora, iremos socializando dichos textos, los niños irán reconociendo los suyos, se preguntará si los conocen o “les suena de algún lado”, quién se los enseñó… Luego se les propone ir por el jardín para susurrar palabras que recordemos de estos textos a las auxiliares, a otras docentes y al equipo directivo.
● Se comparten los versos, poesías, canciones de las familias en un disco virtual para que puedan continuar, por ese medio también, susurrando en las casas.
Otros actores
Las familias contribuyeron al compartir con nosotros versos, poesías, canciones o palabras divertidas que suelen ser de su repertorio familiar, que se han transmitido de generación en generación. Han respondido muy positivamente a esto. También, en la puesta en marcha de muchas propuestas, por la dinámica que conllevan, la celadora institucional se ha hecho presente para recitar en pequeños grupos, y también para realizar un registro fotográfico del proyecto. Además, otros actores institucionales participaron escuchando los “susurros” en el cierre.
Evaluación
Se ha tenido en cuenta la respuesta de los niños y las niñas frente al repertorio seleccionado así como también frente a los recursos utilizados para acompañarlo: si fueron adecuados, si llamaron su atención, si los convocaron. También, en cuanto a su posibilidad de expresar sensaciones frente a lo escuchado, pidiendo que esto se repita y si ellos pudieron repetir de a poco las palabras que las conforman, y elegir ellos mismos qué/cuáles escuchar. Finalmente, se tuvo en cuenta el desarrollo del lenguaje y la ampliación del vocabulario. En cuanto a las instancias de evaluación, cada semana se hizo una síntesis personal por escrito de lo presentado, que luego recuperé para poder realizar la evaluación final del proyecto. También obtuve registros fotográficos y de video que han ayudado dicho proceso, y grabaciones de voz donde se presentan las distintas ideas, sensaciones, palabras y reacciones frente a lo escuchado y observado en cada propuesta de parte de los chicos. Material que ha ayudado en gran parte al momento de evaluar y hacer una auto reflexión en el trabajo propuesto.
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¡Excelente entrada!
ResponderEliminarUn abrazo, Sandra.
Gracias Marisa,
EliminarBesos.